jueves, 24 de noviembre de 2005

Luz y oscuridad


Su actitud cambió desde ese dia.

Siempre habían sido una pareja nefasta. A veces se preguntaba si había fracasado como padre. Sabía que tenía una mentalidad chapada a la antigua, como se decía en estos tiempos, pero le parecía la correcta. El camino a seguir. Todo el mundo ha de tener unos estudios, y ser responsable, y saber valerse por sí mismo. Y había fracasado. Su hijo empezó bien, pudo costearle colegios de pago, y estudiaba, siempre sacaba buenas notas.

Iba por el camino correcto.

Pero algo pasó, y empezó a desviarse. Nunca supo cómo ni por culpa de quién. Porque seguro que fué por culpa de alguien. Después de muchos años acabó dandose cuenta que al final, todo se reduce a las influencias. No supo corregirle a tiempo, y cada vez con más frecuencia llegaban malas notas, y al ir a buscarle le encontraba en su cuarto, tirado en la cama como si no hubiese ninguna preocupación en el mundo, leyendo aquellos libros, con dibujos macabros en la portada, o dragones, caballeros y princesas. Como si no existieran las hipotecas, los finales de mes, o los problemas laborales. ¿Acaso no se daba cuenta de cómo era la vida? ¿No llevaba años gastando suficiente dinero para educarle?. En aquellos momentos dedicaba todo su desprecio para ridiculizar sus hábitos e intentar devolverle al buen camino.

Pero no tuvo efecto.

Y cada vez se fu
eron separando más. Podía entender que su hijo no compartiese su única pasión, la caza. Pero no entendía qué era lo que hacía mal como educador, y nunca supo entender lo que hacía mal como amigo. Así que se resignó y dejó que el tiempo intentara hacer lo que él nunca supo hacer. Cada uno siguió su camino y parece que ese mismo tiempo fue forjándoles un poco a cada uno. Se definieron los caminos. Y eran como la luz y la oscuridad, sin saber definir exactamente cual era cual, ni a que senda pertenecía cada uno.

Pero algo cambió aquel día. Aquella tarde llegó del trabajo como el resto de las tardes desde hacía incontables años, y su hijo sin mediar palabra fué directo a él a darle un abrazo, sin ninguna explicación, pero con un brillo de tristeza en los ojos. Tiempo mas tarde se enteró del sueño que tuvo el hijo la noche antes del abrazo. Sueño en el que estaban ellos dos, él en una silla de ruedas, incapacitado, y su hijo llevándole a través de una montaña hacia un mirador en la roca desde donde se contemplaba el mundo bajo sus pies. Desde donde se observaban los ríos mas bellos y los bosques más verdes que cabían en la imaginación de una persona que no los había llegado a contemplar nunca en todo su esplendor. Y también se enteró de las últimas palabras que pronunciaba en aquel sueño, palabras en las que, acompañadas con lágrimas en los ojos, le decía a su hijo todas las cosas que les habían quedado por hacer, cómo ir un dia a cazar o a pesca
r los dos sólos, y que ya nunca podrían hacer. Y entonces fallecía.

Desde aquel día, desde el abrazo, cuando aún no sabía lo que pasaba, al mirar a los ojos de su hijo siempre veía un brillo de tristeza. Y aún después, cuando supo por boca de su esposa lo que pasó en el sueño, nunca llegaron a proponerse nada, esperando los dos, que algún dia, antes de que fuera demasiado tarde, se cruzaran los caminos de la luz y de la oscuridad...





En mi búsqueda de la inspiración me he topado con esta historia... real... no es una maravilla de la literatura, ni tiene un final inesperado ni os soprenderá, pero buscando esa misma inspiración, me he dejado llevar por mis sentimientos y lo que habitaba en mis rincones oscuros, y he acabado escribiendo este pequeño homenaje a la estupidez que habita en los corazones, el mío el primero, y en definitiva, un pequeño homenaje a mi padre, con el que nunca me he llegado a entender...



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