domingo, 12 de marzo de 2006

Nubes

- ¿Qué ves ahí?

- Un pez.

- ¿Un pez?

- Si, mira, eso es la aleta, y ahí tiene los ojos. - Tras dibujar el pez con su dedito señalando a las nubes, pintó en su boca la sonrisa mas grande que él había visto en mucho tiempo.

- ¿Y por qué estaría un pez tan arriba? - Lo dijo guiñandole un ojo, allí tumbados, mientras arrancaba pequeñas briznas de hierba con una mano y revolvía los rizos dorados de ella con la otra.

- No lo se. ¿Tu lo sabes, papa?.

- Claro.

- Cuentameloooooooooo, por favor.

- Pues ese fué el gran pez Pópolo, que soñaba con salir del mar para volar como lo hacían los pájaros. - La niña mostró una mueca de asombro como únicamente puede aparecer en la cara de una niña de cinco años.

- ¿Que le pasó a Pópolo?

- Sus padres siempre le habían advertido acerca de los pájaros, para que no se acercara a la superficie. Los pájaros a veces son malos y se comen a los peces, ¿sabes?. Pero Pópolo desobedecía a sus padres constantemente. Su sueño era volar también, y le fascinaba acercarse a la superficie para verles flotando por el cielo libremente.
Un día, pese a que todos le decían que no podría, decidió que intentaría volar. Pensó que cuando saliera a la superficie le crecerían alas, así que se fue hacia el fondo, cogió impulso, y empezó a nadar otra vez hacia arriba con todas sus fuerzas.

- ¿Y voló?

- Claro, tu acabas de verle. Pópolo tomó impulso, saltó fuera del agua, y nadie volvió a verle nunca dentro del mar. Todos pensaban que se lo había comido un pájaro, pero no fué así, y desde aquel día, cada cierto tiempo se le podía ver por unos momentos como una nube flotando en el cielo. Somos unos privilegiados por haberle visto. Mira otra vez el cielo.

- ¡Ya no está!

- Te lo dije, somos unos privilegiados. Así que cuando alguna vez veas una nube con forma de pez, acuerdate de que si lo deseas con mucha fuerza, tú también puedes conseguir tus sueños...

La niña se quedó muda, con sus ojos brillando de inocencia y admiración.

- Y ahora, ¿qué ves en aquella otra?

Su mente se encontraba en plena ebullición, y apenas tardó unos segundos en encontrarle parecido con algún otro animal, del que su padre siempre tenía una historia...

1 comentario:

Anónimo dijo...

y nadie te ha puesto un comentario en este relato???

me ha encantado!!

Te voy leyendo poco a poco... que he llegado con retraso... :S

Te seguiré leyendo y te daré caña para que no abandones esto!!! :P

un besote!!